viernes, 2 de noviembre de 2007

Cuento nº1

Buenoo, hoy no tengo ganas de filosofar, debatir pensamientos o escribir lo que siento.. asi que dejo el cuento q tuve q escribir para la clase de fredo, q tenia q estar basado en los lineamientos minimos del quijote..jeje.. un chabon q por alguna causa se le pira el moño.. y se cree algo q no es.. jeje.. final abierto por supuesto.. jeje cuesta menos... besos

(sin titulo..)

Era un día de agosto. El invierno se acercaba a su fin. Ese martes comenzó gris y oscuro, Jack despertó como siempre, desde hacia ya varios años, a las 5:45 de la mañana para prepararse para otro monótono día de su existencia.
Se levantaría, saludaría a su esposa, iría al trabajo, volvería, descansaría un rato antes de la cena y luego, antes de dormirse, pensaría en lo feliz y completo que se sentía cerca de su mujer. Pero al despegar su cabeza se la almohada vio que ella no estaba allí.
Se baño, miró en el espejo su pálida cara y con sus manos trato de borrar las ojeras que delataban sus noches de desvelo y confirmaban su estado depresivo; luego leyó el periódico y repensó… Ya hacía tiempo que ella no estaba dormía junto a él. Debía convencerse de eso. Debía aceptarlo, pero no podía. Simplemente pensaba que ella volvería…
Hasta que un triste viernes vio en la sección de policiales una noticia que capturó su atención. Era ella; la mujer que había amado y esperado por tanto tiempo a pesar de su abandono, la que la noticia nombraba. La mujer había sido encontrada muerta en un descampado por la policía. Al leer el artículo, Jack sintió en su cuerpo una sensación de impotencia e inseguridad, tuvo miedo, por primera vez desde su niñez. Sintió miedo, mejor dicho temor, a que la vida lo abandonase así como ella lo había dejado, temor a perder su trabajo así como ella lo había dejado, temor a no poder seguir adelante y abandonarse a sí mismo, así como ella lo había dejado…
La odió durante media hora mientras comprendía que el mundo estaba loco, se rindió ante el pensamiento de que todo lo que lo rodeaba lo lastimaba. Incluso se convenció de que el universo planeaba algo contra él. Decidió no salir más a la calle, pensó en dejar todo de lado y saltar por el balcón de su departamento. Caminó hasta la ventana, salió afuera y vio a su vecina tendiendo la ropa para que se secara unos metros a la izquierda. La saludo, pero ella no le respondió el saludo, ni siquiera lo notó. Jack se acercó a la baranda, miró hacia abajo y pensó que a poco más de tres minutos y diez pisos de altura todo acabaría. Esperó a que su vecina entrara en su casa, pero no sucedió. Entonces, continuó su plan de todos modos. Se paró sobre la baranda y se sorprendió al notar que al momento de saltar, su vecina no exclamó, ni hizo nada para detenerlo, sino que siguió con su tarea de colgar la ropa. Pero Jack se sorprendió aún más, al darse cuenta que tampoco los albañiles de la construcción al frente de su departamento notaron sus intenciones. De pronto, un sentimiento de poder lo invadió por completo, creyó que nadie lo notaba, llegó al punto de pensar que era invisible… Así se sintió de hecho, invisible… Bajó de la baranda y se dirigió a su trabajo. En el trayecto se convenció más y más de que nadie lo veía.
Al llegar, se escondió debajo de su escritorio y esperó a que su secretaria entrase en la oficina. Al entrar y ver que su jefe no estaba la secretaria tomó el teléfono y comenzó a hablar con otro empleado. Escondido, Jack escuchó la conversación : - Y no, falto de nuevo, cada día que pasa llega más tarde, esta así desde que su mujer lo dejó, es un desastre el pobre, no sirve para nada… - decía la joven hablando de su jefe. Tristemente, Jack le dio la razón a la muchacha, no servía, no hacía nada bien, destruido por sus pensamientos, Jack salió a la calle, convencido de ser invisible y pensando que nadie notaría sus lágrimas. Caminó hacía su casa nuevamente, pero en la esquina de su cuadra se topo con dos ladrones que trataban de robarle a una nena. Ante la situación, Jack pensó en quitar a los ladrones de encima de la chica, los sostuvo por la espalda a ambos y la niña escapó. Un policía, patrullaba la zona en ese instante, vio la escena y arrestó a los muchachos. Contento por su buena acción Jack volvió a su casa y se recostó en su cama.
Al día siguiente, Jack miró por la ventana y vio a su vecina hablando con el policía de la noche anterior. Pensó que quizás hablaban de lo sucedido y de cómo “esa fuerza extraña” había ayudado a la niña. Después de unos segundos prosiguió contento a leer su periódico matutino, por fin había encontrado un sentido a su vida…
- ¿Vio algo de lo sucedido ayer señora? – Preguntó el policía, - si si, lo vi todo- contestó la vecina.- ¿Podría usted decirme entonces, qué paso con el hombre que estaba a la sombra de aquel árbol?, quería agradecerle por haber ayudado a aquella niña, y decirle que gracias a él arrestamos a esos dos, que hacía ya tiempo que buscábamos.- Dijo el oficial. – no lo sé, ayer lo vi entrando a su casa después del incidente; de todos modos siempre me pareció raro ese hombre. Desde que lo dejo su mujer, que en paz descansa, nunca fue el mismo. Antes sonreía, ahora ya no más, hace poco hasta me saludó desde su balcón, pensé en devolverle el saludo, pero tenía un muy mal día y no tenía tiempo de sobra. Después de todo, sólo es mi vecino ¿Cuándo un saludo iba a marcar alguna diferencia? ¿No? – reflexionó la vecina…

espero q si alguien lo leyo, le haya gustado, besos, y todo es arte.