domingo, 11 de noviembre de 2007

La dulce Carola- parte 1

Bueno posteando nuevamente despues de un periodo de no tocar temas que no queria.. jeje, les comento que paso mu cumpleaños (el 8 de nov..) y que nada jeje no me siento mas grande ni mas madura, son una cagada los cumpleaños jejej, te suman años, pero nada masssss jaja tiempooooooo y listo.. jaja... pero es raro pensar q no voy a tener 16 años otra vez.. jeje.. en fin.. les dejos, para el que quiera leerlo la primera parte del cuento de LA DULCE CAROLA de Ismael Serrano.. es hermoso si estan al pedo.. leanlo..

Yo conozco la historia de un tipo que se enamoró desde una ventana. Es la historia de un amigo, vive en México, en el D.F., trabaja en la octava planta de un edificio, en unas oficinas en el centro de la ciudad.
Y un día, estaba con la mirada perdida en el smog del D.F. cuando bajó la mirada del cielo a la calle; o más bien del smog al cielo, porque allí estaba ella, la dulce Carlola, de belleza soberbia, radiante cruzaba la calle, y a sus pasos se detenía toda la ciudad. En frente, había un edificio en obras, y todos detenían su ritmo frenético para observar aquella mujer.
Un obrero estuvo tentado de lanzarle un piropo, pero el de al lado le dio un codazo para callarlo; tal era el silencio litúrgico que imponía esa mujer. Y mi amigo se quedó embobado mirando aquella mujer, cruzando la calle… Ella iba pensando en lo suyo, pensando quizás en lo duro que iba a ser su nuevo trabajo en el restaurante de la esquina. Se quedó embobado viendo cómo la puerta del restaurante devoraba a aquella mujer menuda, y supo mi amigo que nada sería igual.
A la mañana siguiente, después de haber estado toda la noche pensando en aquella mujer, mi amigo salió a la ventana, se asomó… Y allí la encontró. Y aquella cita era diaria, aquella cita se convirtió en una obsesión; día a tras día mi amigo se asomaba a la ventana y la veía pasar, se preguntaba como sería ella, como sería su vida, como despertaría, como dormiría. Pasaban los días, y pasaban los meses, y mi amigo a veces creía percibir el perfume de ella desde lo alto del edificio, fíjate. Creía escucharla tararear una canción y la melodía le perseguía durante todo el día. Y pasaban los meses, y pasaron años… Y mi amigo asomado a la ventana, preocupándose cuando la veía caminar bajo la lluvia sin paraguas, preocupado cuando la creía ver mas delgada… Paso mucho tiempo, y muchas veces estuvo tentado de bajar los ocho pisos para decirle a aquella mujer, que: ¡que diablos! que la amaba. Pero no lo hizo.
Y paso mucho tiempo, cuatro años asomado a la ventana, y planeando el momento preciso para acercarse a ella… Y por fin tomo una decisión: sería este día. Ese día terrible, mi amigo se sorprendió un poco cuando no la vio pasar por debajo de su ventana, pero aún así se fue a buscarla al restaurante; buscó a Carola entre las mesas pero no la encontró, así que preguntó al encargado. Le dijo que Carola se había marchado, no del restaurante, del D.F… Se había ido a Acapulco con su familia, y no iba a volver más…
Y mi amigo supo del sabor amargo de la derrota. Supo que aquella mujer no volvería a cruzar por debajo de su ventana, y subió los ocho piso arrastrando los pies, y no se sorprendió cuando en la octava planta encontró a todo el mundo alborotado, de un lado para otro, frenéticos. Alguien con el rostro desencajado le dijo que la empresa había quebrado, que estaban en la bancarrota, así que todos en la calle. En un día había perdido todo: la mujer que amaba, el trabajo,… Volvió para casa, no muy sorprendido, todo encajaba. El mundo se derrumbaba y lo hacia todo de una vez
Durante mucho tiempo estuvo abandonándose en casa, sin saber que hacer, y solamente pensando en la dulce Carola. Primero sin el valor para salir a buscarla a Acapulco, y luego sin la plata necesaria. Pasó otro año, 5 años desde que vio a Carola por primera vez, y decidió, pues, tomar una decisión. Empezó a buscar trabajo, pero mi amigo tenia 39 años, y en México no es fácil encontrar trabajo a esa edad, porque ya no eres el joven agresivo que buscan las empresas, sabes?, y en todas las entrevistas de trabajo le decían que no y que no. Así que mi amigo decidió tomar una decisión que cambió su vida. Decidió buscar a un coyote (un coyote en México es un tipo que se dedica a negocios turbios). Veréis, mi amigo buscaría a un coyote para que le hiciese una falsificación de la partida de nacimiento; mi amigo bien podría aparentar 34, así que le pediría al coyote una partida de nacimiento que dijera que tiene 34 para así poder acceder a algún puesto de trabajo. Así pues, mi amigo se fue para la Plaza de Santo Domingo, cerca del Zócalo, donde están los coyotes…Y ahí tienes a mi amigo perdido, colgado de un lado para otro. Se acabó perdiendo entre las callejuelas, y apareció en un callejón inhóspito, en un portal antiguo, viejo. Observó como un anciano le sonreía y le hacia señas para que le siguiera. Mi amigo siguió a aquel misterioso hombre, y supo que era un coyote. Le dijo: - yo soy tu hombre, se lo que necesitas, - si ya se, necesito una partida de nacimiento que falsifique que tengo 34, - vale, vale, dame tus datos. Empezó a tomar datos, y mientras tomaba datos, el viejo coyote, le dijo:
-¿ Alguna vez estuviste en Acapulco?
Y a mi amigo le dio un vuelco al corazón y se deshacía en el ácido del recuerdo, - Nunca.- El viejo le dijo: ” Veras, yo vivo cerca de la autopista hacia Acapulco, cerca de Tepozán, ¿Conoces la curva del autopista?” ¿conocéis la leyenda, verdad?, mi amigo también; la del fantasma que hacía autostop en el mismo sitio, que se subía en el primer coche y desaparecía en la misma curva en que se mato… Aquella carretera estaba deshabitada. Casi nadie pasaba por allí por miedo al fantasma. mi amigo asintió, y el viejo le dijo: “Pues veras, muchas veces he estado tentado de agarrar la autopista para Acapulco y empezar de nuevo… Espera un momento”. Y mi amigo, se quedó pensando en Acapulco y mil huidas. Al rato vino el viejo coyote, con los documentos falsos, y se fue para casa. Aquella noche sólo pudo dormir con el recuerdo de la dulce Carola.
A la mañana, el teléfono sonó bien temprano. Alguien al otro lado le decía: “Oye que tienes que venir a la reunión, que es urgentísimo, que tienes que estar aquí, vente para la oficina!”. Y mi amigo colgó el teléfono, maldiciendo al tipo al otro lado de la línea: “¡la oficina!..bah”. El caso es que antes de despedirse, el coyote le había dicho: “Ten cuidado, vuelves a tener 34 años, no repitas lo errores”. Y pensó en las palabras del coyote mientras se despertaba; encendió la radio, y en la radio las noticias de otras veces… Mi amigo buscando los papeles del coyote; no los encontraba… De repente alguien dijo la fecha: era la de hacía 5 años. Bajó corriendo las escaleras y compró el primer periódico que vio. Miró la fecha… y era la de hacía cinco años. Volvía tener 34 años. Agarró el primer taxi que vio, se fue para su oficina volando, subió las ocho plantas corriendo, y allí estaba todo igual: su mismo despacho, la misma gente…Y la misma ventana. Mi amigo se acercó a ella, se asomó y su aliento se detuvo; como toda la ciudad, al paso de la dulce Carola. Todo empezaba de nuevo. Ese era un buen principio, Principio de incertidumbre...

Mas adelante dejo la segunda... les comento que esto es un cuento que cuenta serrano en sus recitales entre medio de sus canciones, despues de contar este cuento viene la cancion principio de incertidumbre se las dejo tambien, porque esta buena.

Principio de incertidumbre
Puede que las redes traigancuellos rotos,
negras plumas de cormorán,
que tiemblen los semáforos,
las radios callen y se derrumbe esta ciudad.
Puede que te saque de mis brazos
tu marido o el despertador,
que te interrumpa el desayuno el vuelo de un B-52.
Puede que todo siga igual.
También puede que no se así
y encuentres el mercuriode mi voz empapando tu contestador,
y florezcan los olivos en el valle de Hebrón.
Puede que te queme el hielo,o la luz del televisor.
Puede que te cite el parlamento
y decrete el blanco y negro,
que sonrían ángeles heridos
en la sección de sucesos
que alimentándose de humo
se quiebre cual cristal esa mujer.
Que trepe una serpiente por sus piernas infinitas.
Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así.
Quizás banderas blancas
tu habitación alumbre
y mi amor esté cerca
y los dioses duden.
Y este sea un buen principio,
principio de incertidumbre.
Puede que te salves. Puedeque amanezcas conmigo
y las espadas se entierren.
Puede que todo siga igual.
También puede que no se así
y encuentres el mercurio de mi voz empapando tu contestador,
y florezcan los olivos en el valle de Hebrón.
Puede que te queme el hielo,
o la luz del televisor.
Una posibilidad existede que amanezcas conmigo
y los cañones se oxiden.
y si, una posibilidad existe...
en fin.. me fui
adiosh... /sininspiracion.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Cuento nº1

Buenoo, hoy no tengo ganas de filosofar, debatir pensamientos o escribir lo que siento.. asi que dejo el cuento q tuve q escribir para la clase de fredo, q tenia q estar basado en los lineamientos minimos del quijote..jeje.. un chabon q por alguna causa se le pira el moño.. y se cree algo q no es.. jeje.. final abierto por supuesto.. jeje cuesta menos... besos

(sin titulo..)

Era un día de agosto. El invierno se acercaba a su fin. Ese martes comenzó gris y oscuro, Jack despertó como siempre, desde hacia ya varios años, a las 5:45 de la mañana para prepararse para otro monótono día de su existencia.
Se levantaría, saludaría a su esposa, iría al trabajo, volvería, descansaría un rato antes de la cena y luego, antes de dormirse, pensaría en lo feliz y completo que se sentía cerca de su mujer. Pero al despegar su cabeza se la almohada vio que ella no estaba allí.
Se baño, miró en el espejo su pálida cara y con sus manos trato de borrar las ojeras que delataban sus noches de desvelo y confirmaban su estado depresivo; luego leyó el periódico y repensó… Ya hacía tiempo que ella no estaba dormía junto a él. Debía convencerse de eso. Debía aceptarlo, pero no podía. Simplemente pensaba que ella volvería…
Hasta que un triste viernes vio en la sección de policiales una noticia que capturó su atención. Era ella; la mujer que había amado y esperado por tanto tiempo a pesar de su abandono, la que la noticia nombraba. La mujer había sido encontrada muerta en un descampado por la policía. Al leer el artículo, Jack sintió en su cuerpo una sensación de impotencia e inseguridad, tuvo miedo, por primera vez desde su niñez. Sintió miedo, mejor dicho temor, a que la vida lo abandonase así como ella lo había dejado, temor a perder su trabajo así como ella lo había dejado, temor a no poder seguir adelante y abandonarse a sí mismo, así como ella lo había dejado…
La odió durante media hora mientras comprendía que el mundo estaba loco, se rindió ante el pensamiento de que todo lo que lo rodeaba lo lastimaba. Incluso se convenció de que el universo planeaba algo contra él. Decidió no salir más a la calle, pensó en dejar todo de lado y saltar por el balcón de su departamento. Caminó hasta la ventana, salió afuera y vio a su vecina tendiendo la ropa para que se secara unos metros a la izquierda. La saludo, pero ella no le respondió el saludo, ni siquiera lo notó. Jack se acercó a la baranda, miró hacia abajo y pensó que a poco más de tres minutos y diez pisos de altura todo acabaría. Esperó a que su vecina entrara en su casa, pero no sucedió. Entonces, continuó su plan de todos modos. Se paró sobre la baranda y se sorprendió al notar que al momento de saltar, su vecina no exclamó, ni hizo nada para detenerlo, sino que siguió con su tarea de colgar la ropa. Pero Jack se sorprendió aún más, al darse cuenta que tampoco los albañiles de la construcción al frente de su departamento notaron sus intenciones. De pronto, un sentimiento de poder lo invadió por completo, creyó que nadie lo notaba, llegó al punto de pensar que era invisible… Así se sintió de hecho, invisible… Bajó de la baranda y se dirigió a su trabajo. En el trayecto se convenció más y más de que nadie lo veía.
Al llegar, se escondió debajo de su escritorio y esperó a que su secretaria entrase en la oficina. Al entrar y ver que su jefe no estaba la secretaria tomó el teléfono y comenzó a hablar con otro empleado. Escondido, Jack escuchó la conversación : - Y no, falto de nuevo, cada día que pasa llega más tarde, esta así desde que su mujer lo dejó, es un desastre el pobre, no sirve para nada… - decía la joven hablando de su jefe. Tristemente, Jack le dio la razón a la muchacha, no servía, no hacía nada bien, destruido por sus pensamientos, Jack salió a la calle, convencido de ser invisible y pensando que nadie notaría sus lágrimas. Caminó hacía su casa nuevamente, pero en la esquina de su cuadra se topo con dos ladrones que trataban de robarle a una nena. Ante la situación, Jack pensó en quitar a los ladrones de encima de la chica, los sostuvo por la espalda a ambos y la niña escapó. Un policía, patrullaba la zona en ese instante, vio la escena y arrestó a los muchachos. Contento por su buena acción Jack volvió a su casa y se recostó en su cama.
Al día siguiente, Jack miró por la ventana y vio a su vecina hablando con el policía de la noche anterior. Pensó que quizás hablaban de lo sucedido y de cómo “esa fuerza extraña” había ayudado a la niña. Después de unos segundos prosiguió contento a leer su periódico matutino, por fin había encontrado un sentido a su vida…
- ¿Vio algo de lo sucedido ayer señora? – Preguntó el policía, - si si, lo vi todo- contestó la vecina.- ¿Podría usted decirme entonces, qué paso con el hombre que estaba a la sombra de aquel árbol?, quería agradecerle por haber ayudado a aquella niña, y decirle que gracias a él arrestamos a esos dos, que hacía ya tiempo que buscábamos.- Dijo el oficial. – no lo sé, ayer lo vi entrando a su casa después del incidente; de todos modos siempre me pareció raro ese hombre. Desde que lo dejo su mujer, que en paz descansa, nunca fue el mismo. Antes sonreía, ahora ya no más, hace poco hasta me saludó desde su balcón, pensé en devolverle el saludo, pero tenía un muy mal día y no tenía tiempo de sobra. Después de todo, sólo es mi vecino ¿Cuándo un saludo iba a marcar alguna diferencia? ¿No? – reflexionó la vecina…

espero q si alguien lo leyo, le haya gustado, besos, y todo es arte.